Una comunidad con residentes unidos es un vehículo poderoso. Inspira cambios que mejorarán la salud de sus residentes, personas que experimentan directamente estos problemas de salud cada día. Los residentes que tienen intereses o situaciones similares pueden trabajar rápidamente para abordar los problemas que afectan al bienestar de su vecindario y mejorar los resultados donde viven, trabajan y juegan.
Es importante incluir a la comunidad en los esfuerzos de salud pública porque la participación de la comunidad está impulsada por los residentes. Al implicar a la comunidad, podemos garantizar que los más afectados por los retos y la desigualdad tengan la misma voz a la hora de diseñar y aplicar soluciones. La participación activa de los residentes y sus familias, socios y líderes de confianza es una parte integral de las prácticas de participación comunitaria y ayuda a lograr un cambio sostenible y equitativo.
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